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¿Cómo invierten los inversionistas más exitosos del mundo?

El valor de hacer algo de la nada

Cuando era un muchacho, trabajé en la tienda de un padre rico durante tres horas cada sábado con mi amigo Mike, hijo del padre rico. El trabajo era enorme. Ya que no había aire acondicionado, teníamos que dejar las puertas de la tienda abiertas para tratar de mantenerla fresca. Esto significaba que teníamos que quitar el polvo de los estantes cada vez que un auto pasaba por el estacionamiento.

A cambio de este trabajo, el papá rico de mi amigo acordó en pagarnos $0.30 por semana, junto con una promesa de enseñarnos a ser ricos.

Cada semana, cobraba mi dinero, compraba algunos libros de historietas, me iba a la casa, y me preguntaba cuándo el papá rico nos iba a enseñar a ser ricos. A medida que pasaron las semanas, siempre recibía mi dinero a cambio de mi trabajo, pero nunca obtuve las lecciones sobre cómo llegar a ser rico. Luego de estar cansado de recibir un sueldo bajo, decidí que iba a renunciar.

Cuando le dije al papá rico, me dijo: "Ahora estás listo para aprender".

Pasó a explicar que nuestro deseo de más dinero tuvo el efecto de cegarnos. En lugar de ver la oportunidad, dejamos que la falta de dinero nos diera una visión de túnel. La única opción era que nos pagara más. Estamos trabajando por dinero.

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La adivinanza del 90/10

El papá rico nos sentó a Mike y a mí y sacó un estado financiero.

"¿Han oído hablar de la adivinanza del 90/10?", el papá rico preguntó. "10 por ciento de la población del mundo tiene el 90 por ciento de la riqueza del mundo. ¿Saben la adivinanza que se preguntan cada vez que ven un estado financiero como éste?".

Mike y yo le contestamos que no sabíamos.

“Se preguntan: ‘¿Cómo puedo llenar mi columna de activos sin ningún dinero?’”

No trabaje por dinero

Hace un tiempo atrás, estaba trabajando con algunos estudiantes brillantes en el programa de fomento de la iniciativa empresarial en la Thunderbird School of Global Management. Durante las sesiones, le pregunté a uno de los estudiantes: "¿Cuál es tu plan de inversión?".

Sin dudarlo, respondió: "Cuando me gradúe, voy a encontrar un trabajo que me pague por lo menos $150,000 al año y ahorraré por lo menos $20,000 al año para adquirir inversiones".

Este estudiante, mientras que ofrecía un plan que era mejor que el de la mayoría de las personas, todavía pensaba como el 90 por ciento de las personas que nunca verán el dinero que sí ven el 10 por ciento de los inversionistas quienes ganan el 90 por ciento del dinero.

Mi reto para él fue: "¿La idea de comprar activos con dinero es una idea del 90/10, o es una idea promedio de inversionista?"

Ambos estuvimos de acuerdo que era una idea promedio de inversionista. Le expliqué una de las lecciones financieras importantes de mi papá rico: "Los ricos no trabajan por dinero".

Hacer algo de la nada

Después de la lección del papá rico en la tienda sobre la adivinanza de 90/10, Mike y yo trabajamos en su tienda durante un par de semanas y notamos que el gerente de la tienda agarraba las historietas viejas, las cortaba por la mitad, y se las daba al distribuidor para obtener un crédito. Esto nos dio una idea.

Cuando el distribuidor entró a recoger los libros de historietas viejos, le preguntamos si los podíamos agarrar. Debido a que trabajábamos en la tienda, nos dijo que sí, pero solo si no los revendíamos.

Cumplimos nuestra parte del acuerdo, y no los vendíamos, sino que los alquilábamos. Al utilizar un espacio disponible en el sótano de Mike, acumulamos cientos de libros de historietas gratis, y cada sábado abríamos nuestra biblioteca de 2:30 a 4:30 p.m. a los muchachos del vecindario. La admisión costaba $0.10 por día, una ganga ya que cada libro costaba $0.10 y podían leer cinco o seis historietas en las dos horas que abríamos.

A medida que todo se desenvolvió, obtuvimos un promedio de $9.40 por semana, mucho más de $0.30 que ganábamos cada semana en la tienda. Pero nunca hubiéramos tenido la oportunidad si no hubiésemos trabajado allí y no nos hubiesen abierto los ojos a las oportunidades. La mejor parte de nuestra nueva aventura era que ganábamos ese dinero incluso si no estábamos allí en la biblioteca de historietas.

Cuando compartí esto con el estudiante de la Thunderbird School of Global Management, le pregunté, "¿Esos libros de historietas eran activos?"

Sabiamente, él respondió: "No hasta que los convirtieron en activos. Tomó algo que salía como basura y lo convirtió en un activo".

Lo que este estudiante reconoció fue que mi capacidad de reconocer las oportunidades y convertir algo en un activo fue el activo real; de esa forma es cómo los inversionistas exitosos saben cómo hacer algo de la nada.

Por lo tanto, ¿qué vas a hacer hoy?

Las personas dicen con frecuencia: "Yo quiero ser rico". La pregunta es: "¿Estás dispuesto a hacer lo que sea necesario?".

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